10 de noviembre de 2025
Policiales

Inseguridad sin mando

Sacaron a la comisaria que pedían los vecinos y los robos siguen sin freno en Luján

Mientras los vecinos reclaman medidas urgentes por el incremento de hurtos y arrebatos, la decisión de apartar a la comisaria Paola Enríquez del frente operativo generó indignación y denuncias de “castigo político”
Mientras los vecinos reclaman medidas urgentes por el incremento de hurtos y arrebatos, la decisión de apartar a la comisaria Paola Enríquez del frente operativo generó indignación y denuncias de “castigo político”

En la ciudad de Luján crece la tensión por la inseguridad, justo cuando un fuerte reclamo ciudadano por un cambio en la conducción policial parece haber sido desoído.

Vecinos y organizaciones barriales vienen exigiendo que la comisaria Paola Enríquez asuma al frente de la Comisaría Primera de Luján, en función de su experiencia y perfil operativo, frente a lo que denuncian como una "ola de hurtos sin respuesta".

Sin embargo, de acuerdo a fuentes oficiales que consultamos, no sólo no se atendió el pedido, sino que Enríquez fue destinada a otro destino: fue trasladada a trabajar en Marcos Paz, "para sumar horas y cumplir turnos", en lo que interpretan vecinos y dirigentes como un castigo por su visibilidad mediática. Esa decisión (afirman) traduce que "así van a seguir los robos en Luján".

La historia empezó a tomar forma cuando en el mes de octubre declararon los vecinos respecto al crecimiento de los hurtos y arrebatos en Luján. En la nota de NOVA se puntualiza que "vecinos y referentes barriales de Luján reclaman que la comisaria Paola Enríquez asuma la conducción de la Comisaría Primera" y subrayan que cuenta con "7 años desempeñándose en la Comisaría de la Mujer, con un historial que describen como 'impecable'".

El reclamo sostiene 2 ejes: que la Comisaría Primera "no logra frenar los ilícitos" y que su titular "mira para un costado". Y que el nombramiento de cargos en la fuerza se habría realizado "a dedo" y estaría más ligado a recaudación que a seguridad pública.

Ante ese panorama, el traslado de Enríquez se interpreta como una señal de que la jerarquía policial y de seguridad bonaerense no se decidió a atender el reclamo ciudadano.

En efecto, según las fuentes oficiales que expresaron su diagnóstico en reserva, "al sacar a Enríquez de Luján y mandarla a Marcos Paz para cumplir turnos" se envía el mensaje de que no se está priorizando la designación de los mejores perfiles en el frente de combate del delito.

Esa ausencia aparente de una conducción considerada apta y comprometida no es un tema menor. Los vecinos afirman que la percepción de inseguridad operativa, sumada al sentimiento de “abandono” de sectores clave de la ciudad, agrava el clima social.

Tal como dice la nota de NOVA, "la inseguridad operativa repercute en la vida cotidiana y en la percepción de abandono de sectores clave de la ciudad".

Desde el Municipio de Luján o la conducción de la fuerza no hubo hasta ahora una comunicación pública que explique los motivos específicos del traslado de Enríquez.

Tampoco se ha informado un plan concreto de fortalecimiento de patrullajes, de transparencia en nombramientos policiales ni de cambio claro de mando operativo en la Comisaría Primera que satisfaga al reclamo vecinal.

Mientras tanto, los vecinos miran con desconfianza al futuro inmediato. "Si no se designa a la persona que reclama la comunidad, y se envía el mejor perfil a cumplir horas en otro distrito, el delito va a seguir con el mismo patrón", coincide el diagnóstico extraoficial.

Y los últimos episodios delictivos (entre ellos un violento asalto en una quinta de Open Door, partido de Luján) aportan a la urgencia de una respuesta.

La combinación de un reclamo vecinal sostenido, una figura señalada como idónea y un giro administrativo que la retira del distrito principal resulta política además que operacionalmente relevante.

En un distrito donde la seguridad se vuelve tema central de la vida diaria, el conflicto entre ciudadanía, demanda institucional y decisiones de la cúpula policial deja un saldo de expectativas rotas.

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