10 de noviembre de 2021
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Tristeza

Ramos Mejía: inhumaron los restos del kiosquero asesinado en medio de profundo dolor

La familia, inmersa en el llanto, pidió perpetua para el homicida.
La familia, inmersa en el llanto, pidió perpetua para el homicida.

Los restos del kiosquero Roberto Sabo, asesinado a balazos el domingo último durante un asalto en su comercio de la localidad bonaerense de Ramos Mejía, La Matanza, fueron inhumados este miércoles en el cementerio municipal de Merlo.

“El dolor sigue”, llegó a decir Pedro Sabo, padre de la víctima, en medio de un ataque de llanto en la puerta de la casa de sepelios donde velaron a la víctima. El hombre llegó acompañado de su esposa y madre de Sabo, y de los 2 hijos de la víctima, Nicolás Sabo y Tomas Sabo, además de otros familiares y vecinos.

Minutos antes de las 9, el cortejo fúnebre partió desde la casa velatoria Pache, ubicada en la avenida Eva Perón al 1100, hacia el cementerio municipal de Morón, distante a pocos metros del lugar.

El paso del cuerpo fue acompañado en silencio por familiares, vecinos y amigos de Sabo, quienes reiteraron ante los medios de prensa presentes el pedido de justicia.

“Mi hijo era como yo, arreglaba todo en la casa, ahora me quedé solo para estas cosas”, dijo Pedro, quien se encontraba muy conmocionado y llorando. La despedida de los restos del kiosquero comenzó el pasado martes poco después de las 17, cuando la familia llegó a la casa velatoria luego de que le entregaran el cuerpo tras la operación de autopsia, que indicó que la víctima recibió cuatro disparos efectuados con un arma calibre .22 en la zona del tórax, lo que le produjo la muerte casi en el momento.

En tanto, esta mañana, la esposa de Sabo, Patricia Giglio, dijo a Radio del Plata, que espera que al asesino "le den prisión perpetua". La mujer recordó que el último robo que sufrieron fue hace 8 años, cuando delincuentes los encerraron a sus suegros en un baño del kiosco y se llevaron la plata.

"Podemos decir que fue un robo de lujo porque no lastimaron a nadie…ahora, a veces, ni siquiera llegan a llevarse algo y te pegan un tiro, parece que se les atrofió más la mente o quieren ir por más. Cada vez son más jóvenes, parecen que nacen con un arma en la mano.", dijo.

Sabo fue asesinado el domingo por la tarde durante un asalto en su comercio situado en avenida de Mayo y Alvarado, en la zona comercial de Ramos Mejía, partido de La Matanza, en el sudoeste del conurbano.

Un testigo alertó a la policía cuando el asesino salió del local y se fugó con su cómplice en un Ford Focus negro que le robaron a un remisero que los había llevado hasta el lugar.

En medio de la huida, los dos delincuentes chocaron contra un árbol, tras lo cual ingresaron a un supermercado con la intención de simular unas compras y cambiarse la vestimenta para no ser reconocidos.

Luego, ambos huyeron en una moto robada a un repartidor, aunque fueron detenidos por efectivos de la Comisaría Segunda de Ramos Mejía en Avenida de Mayo y Rivadavia.

Tras la captura, los pesquisas determinaron que el acusado, Leandro Daniel Suárez (29), había estado preso casi seis años por hurto y robo y que había recuperado la libertad tras cumplir la condena en agosto de 2020.

Por el hecho, Suárez fue indagado ayer por el fiscal Federico Medone, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática de Homicidios, ante quién lloró y pidió que no le pidan prisión perpetua, y luego se negó a declarar.

En la audiencia, el fiscal le imputó del "homicidio criminis causa agravado por el uso de arma de fuego" en perjuicio de Sabo y también por "robo calificado -dos hechos-, hurto de vehículo, portación ilegal de arma de fuego de uso civil, portación ilegal de arma de guerra", todo ello agravado por la "participación de un menor de edad".

Esos hechos son por el robo de un auto cometido antes del crimen de Sabo y el de una moto, concretado luego, todo junto a una menor de 15 años que, por su edad, es inimputable y quedó alojada en el Instituto Centro de Admisión y Derivación de Jóvenes de San Martín.

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