Mientras espera que la Justicia electoral le abra las puertas para competir otra vez en la provincia, Diego Santilli vuelve a ser noticia. El dirigente que alguna vez fue el alfil de Horacio Rodríguez Larreta intenta reinventarse bajo los colores libertarios, pero el pasado le pasa factura. Denuncias por sociedades offshore, versiones de aportes millonarios a su campaña y una vieja amistad política que hoy nadie quiere reconocer.
Desde su celda en Corrientes, Leonardo Cositorto, fundador de Generación Zoe, asegura que financió parte de la campaña de Santilli en 2021. “Entre las PASO y las generales, Gabriel González, alias ‘Rosita’, me hablaba de Santilli, que quería entrar en política. Un día fui a una campaña del Día del Niño en Quilmes, donde estaban Santilli, Larreta, Ritondo, Pinedo y Martiniano Molina. Esa noche me invitó a comer con sus padres y me dijo que les robaban boletas, que necesitaban fiscales y que eso costaba 13 millones de dólares. Le di el 50%, unos 6 millones, que equivalían en ese momento a U$S 32.500", relató.
Cositorto no se detuvo ahí. También aseguró que aportó dinero para el hijo del diputado bonaerense: “Le di 20 mil dólares para que pudiera correr en Turismo Carretera. Y ahora dice que no me conoce, que soy ‘un personaje’. Yo apoyé a Santilli porque quería un cambio para el país. No soy libertario, soy liberal, y lo hice de buena fe. Pero que no me niegue como si tuviera lepra”, dijo.
El empresario detenido sostiene que no busca enfrentarse con el legislador, pero lanzó una advertencia: “Si me suben al ring, peleo. No soy Fred Machado detrás de Espert, soy Cositorto”. Sus abogados, Guillermo Tiscornia y Guillermo Dragoto, ya adelantaron que podrían presentar documentación para respaldar sus dichos.
Del otro lado, Santilli volvió a negar cualquier tipo de vínculo. “No lo conozco, no tengo ningún vínculo. No sé quién es, nunca tuve relación en mi vida”, afirmó cuando la polémica comenzó a circular en redes sociales. Asegura que todo se trata de una “burda operación política” y que el único cruce con Cositorto habría sido “de lejos”, durante la presentación de un libro de Martiniano Molina. “Fue un acto abierto, con mucha gente. Yo solo fui a acompañar a Martiniano”, explicó.
Sin embargo, las declaraciones del fundador de Zoe no son las únicas que lo complican. El grupo familiar Santilli-Forchieri estaría vinculado a catorce sociedades locales y dos offshore radicadas en paraísos fiscales. En los documentos difundidos públicamente aparece Darío César Santilli, hermano del diputado, como CEO de South Tourin LLC, una sociedad registrada en diciembre de 2014 en Florida, Estados Unidos, dedicada al alquiler de propiedades. Esa empresa comparte domicilio con otras creadas por intermediarios especializados en el armado de estructuras offshore.
No es la primera vez que el apellido Santilli aparece en este tipo de investigaciones. En 2021, su nombre figuró en los Pandora Papers, la investigación global que reveló cómo políticos, empresarios y figuras del espectáculo trasladaban fortunas a paraísos fiscales a través de empresas fantasma. En aquel momento, el entonces candidato aseguró que “jamás” utilizó esas estructuras para beneficiarse económicamente, y evitó pronunciarse sobre el costado ético de no declarar activos en el país.
Mientras tanto, Santilli sigue en un limbo político. La Justicia aún no lo habilitó para competir en Buenos Aires, pero él continúa recorriendo distritos, dando entrevistas y marcando distancia del PRO, el partido en el que se formó. “Estoy pintado de violeta”, bromeó días atrás, intentando mostrarse cerca del oficialismo libertario. En los pasillos de La Libertad Avanza, sin embargo, algunos lo observan con desconfianza y lo acusan de querer reciclarse a costa de la ola mileísta.
El proyecto de “Ficha Limpia”, que él mismo impulsó con fuerza en el Congreso, se volvió un boomerang. La ley que busca impedir que candidatos con causas judiciales puedan postularse hoy lo encuentra enredado en un debate moral propio. Su entorno repite que todo es una maniobra para bajarlo del escenario político y que tiene “la conciencia tranquila”, pero los rumores crecen y el silencio judicial no ayuda.
Si se comprobara que parte de los fondos de Zoe se usaron para financiar actividades partidarias, el impacto sería enorme.
Diego Santilli intenta mostrarse ajeno a todo esto. Habla de futuro, de gestión y de “transformar la provincia”, pero las sombras del pasado lo persiguen. Las offshore familiares, los dichos de Cositorto y la indefinición judicial le complican el relanzamiento. En política, el tiempo es oro. Y mientras Santilli espera la bendición de los jueces, las denuncias siguen acumulándose. El riesgo, dicen quienes lo conocen, es que cuando finalmente logre volver a la cancha, ya no quede público para aplaudirlo.